30/07/2016 - Kyoto
En Kyoto hay muchas cosas para ver. Cuando tienes en tus manos un mapa en el que salen los dibujos de los templos, mercados,etc en su ubicación, ya tienes el poder, y si además va combinado con un mapa de todas las paradas de lineas de tren JR y de autobús, sientes que vas a disfrutar. Todos estos mapas nos los dieron en el hotel (Hotel Gran Ms Kyoto), un hotel bastante moderno y con una recepción que hablaba inglés y aprovechamos para preguntarles bastantes cosas.
El templo Kiyomizu-dera fue el primero que visitamos, mantiene ese toque antiguo de madera, y es muy bonito por estar ubicado entre el bosque, pues el contraste de colores hace resaltar su belleza. Es la primera vez desde que estamos en japón que vemos tantos japoneses vestidos con kimono, incluso parejas, ya que desconocíamos que se mantuviera tanto esta tradición, aún incluso en gente joven. Son vestimentas y accesorios caros, que incluso alquilan en tiendas para que los guiris se los pongan, aunque nosotros no pensábamos pasar calor de esa manera.
En la misma calle de las tiendas de alquiler, de subida hacia el templo, se encuentran infinitas tiendas de souvenirs, todas bastantes caras, con Kokeshi's (Japanese dolls hechas a mano a partir de madera), pañuelos multiusos (San Kosen), bolsos, cerámica japonesa (principalmente teteras y tazas), etc..
Japón es el país de las marcas (brands), los japoneses son capaces de pagar mucho dinero por algo de la marca que les guste, incluso ponen marcas a la fruta, que por cierto es un artículo bastante de lujo, ya que por ejemplo una manzana podía costar 6€, una sandía 50€...va bien viajar para apreciar si cabe mucho más lo que cada uno tiene de bueno en su país.
Sigamos con los templos....cogemos el autobús y bajamos para visitar el Sanjusangen-do, templo con mas de 1000 estatuas de la diosa Kannon de los 1000 brazos. 10 filas y 50 columnas repletas de estas estatuas y en primera fila 28 estatuas de deidades guardianes, una vez más de lo más variopinto : guardianes budas, otros con cara de dragón (posiblemente heredados de la tradición china), con cara de demonio... En este templo no se podían hacer fotos ni grabaciones dentro de la sala de las estatuas.
Siguiente parada, Nio-jo Castle, que sería la última visita cultural de ese día. Dentro del castillo, paseamos por las distintas estancias donde se recibían a personalidades y se celebraban eventos, con pinturas muy trabajadas y cuidadas. Todo tenía aspecto de Ryokan, ya que era un suelo de tatami y grandes paneles correderos que hacían de paredes.
Aunque las visitas culturales a templos habían finalizado para ese día, aún teníamos mucho por ver, así que nos dirigimos al barrio de GION y la zona de Pontocho, barrio de Geishas y Maikos (aprendices de Geishas) aunque no conseguimos verlas. Al final de la calle principal de Gion, está el Yasaka Shrine (santuario) que por la noche se ve muy bonito con todas las luces encendidas.
Geisha y Maiko
Una 'maiko' es una aprendiz de geisha; esta palabra se compone de los kanji 舞 (mai) que significa "baile" y 子 (ko) que significa "niña". Es la maiko, con su blanco maquillaje y peinado y kimono elaborados, quien se ha convertido en el estereotipo de la "geisha" para los occidentales, en lugar de la verdadera geisha.
Una geisha (芸者?), pronunciado gueisha, es una artista tradicional japonesa, cuyas labores constituyen, tras un aprendizaje que podía ser tanto desde los 15 años o de la infancia, en entretener en fiestas, reuniones o banquetes tanto exclusivamente femeninos o masculinos como mixtos.
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Antes de ir a cenar paramos en alguno de los muchísimos salones recreativos que hay en cada ciudad de Japón.
A última hora, y ya con ganas de cenar, nos dedicamos a buscar un restaurante de Sushi. Keichi nos había dicho que los Sushi belt, aquellos de cinta transportadora, eran los más aceptables en cuanto a calidad-precio, así que fuimos a uno de esos.
Todo parece sencillo, pero tuvimos que salvar algunos obstáculos, con gusto, porque nos resultó divertido, pero no esperábamos que fuera a ser así.
1ero : Saca número de una maquinita en japones para poder pedir tanda. Nadie hablaba inglés, así que la solución fue memorizar las teclas de la máquina hasta conseguir nuestro número de orden.
2ndo : Van llamando en orden, pero en japonés (ups!! hay que buscar una solución). Enseñamos el papelito cada vez que llaman a alguien. Imaginamos que acabaran un poco cansados de nosotros pero lo conseguimos.
3ero : Es nuestro turno. Nos asignan mesa/barra y delante de nosotros además de la cinta con el sushi pasando, tenemos una pantalla en japonés que parece reclamar que le digamos start o algo parecido. Llamamos para que nos atiendan, no saben inglés, pero nos configura la pantalla cambiándole el idioma, ahora si!!!!!. Es curioso, los platos van pasando, pero si quieres algo concreto de la carta, lo solicitas con la pantalla. Así lo hicimos, el problema es que pasado un tiempo, la tablet empezó a pitar y no sabíamos que significaba. Al cabo del rato, al ver que no nos servía el camarero lo que habíamos pedido, lo reclamamos (como pudimos, ya que era difícil entenderse), es entonces cuando comprendimos que el sonido avisa de que tu plato se está acercando y viene en la cinta.
Volvemos a pedir el Sushi con gambas en tempura (suerte que todos los platos tienen la foto al lado) y ya logramos degustarlo. Entendido el mecanismo, ahora teníamos sed. Tenemos vasos y tenemos un grifo delante, pues Joana se sirve y...ERROR,el agua es caliente para hacer te, tal como nos explica el comensal que teníamos al lado jajajajaja. Volvemos a llamar a la camarera y nos explican donde se coge el agua para seguir cenando.
Al acabar, cuentan los platos con precios diferentes según color y lo envían a la cajera para poder pagar. Unos 11€ por cenar los dos un sushi muy bueno.
De ahí al hotel y a preparar el día de mañana.
31/07/2016 - NARA Y FUSHIMI INARI
Nuestro aliado el JR Pass una vez más nos iba a llevar a nuestro destino. Viaje agradable en tren, con gente muy educada, no importa que sea hora punta (nos tuvimos que levantar pronto ya que hasta NARA hay un par de horas de viaje), la marea de personas se organiza a la perfección, no hay nadie que eleve la voz, todos se esperan en una ordenada cola a que salga la última persona del vagón para entrar.
Entre tanto bullicio de gente, se pueden perder objetos, pero cualquier objeto perdido u olvidado, aunque sea una cosa cara, lo dejan en el mismo lugar por si vuelve la persona sobre sus pasos que pueda encontrarlo y consiguiendo así que las cosas en la sociedad funcionen.Te olvidas por completo de vigilar tus pertenencias, mochilas, bolsos,etc..nada causa estrés porque nadie persigue ni lo más mínimo robarte o tomar "prestado" lo que no es suyo.
Joana tiene su propia teoría, si hacen algo como robar o quedarse algo que no es suyo, les persigue la mala suerte. Debe ser algo así, sino no logramos entenderlo!!! (ha de preguntar a sus compañeros japoneses Yuko y Keichi para llegar al fondo del misterio :-)).
Volvamos a Nara, a destacar la pagoda de 5 pisos que se refleja en el lago y otros templos de la zona con un estilo japones antiguo muy marcado. En esta zona no entramos en ninguno, ya que estábamos un poco saturados de tanto templo y verlos por fuera ya hace que sea una bonita visita. Aunque lo más curioso y divertido de Nara es ver como campan los ciervos por todos lados a sus anchas y como se dejan hacerse fotos, hasta nos hicimos un selfie con uno de ellos.eso si, mejor no llevar comida porque entonces empiezan a perseguirte para que se la des.
Si quieres reírte un rato puedes comprar una especie de galletas que venden para darles de comer y que se te acerquen, pero si dejas que te acorrale un grupo grande, mejor que se las des todas de golpe...jajajaja.
De vuelta ya en el tren y no contentos con la caminata bajo el sol que nos habíamos dado por Nara, paramos de vuelta a Kyoto en la estación de Inari. Allí se encuentra un santuario muy curioso, Fushimi Inari.
El Fushimi Inari-Taisha (伏見稲荷大社?) es el principal santuario sintoísta (jinja, 神社) dedicado al espíritu de Inari, y situado en Fushimi-ku, uno de los distritos de Kioto (Japón). El santuario se encuentra situado en la base de una montaña también conocida como "Inari", que incluye varios senderos para llegar a otros santuarios más pequeños.
Desde las épocas más antiguas de Japón, Inari era vista como patrona de los negocios (en tanto que cada Torii existente en el santuario ha sido donado por algún hombre de negocios japonés) aunque Inari en primer lugar fuera diosa del arroz. Los comerciantes y artesanos ofrecían culto a Inari a cambio de obtener riqueza en sus negocios, por lo que donaban numerosos torii que actualmente forman parte de la vista panorámica del templo. De este famoso templo se dice que posee más de 32.000 pequeños santuarios.
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Es el lugar turístico más votado por los seguidores de tripadvisor por tercer año consecutivo. Tiene su encanto, aun partiendo de una idea tan sencilla como colocar Toris uno tras otro, y además cobrando grandes cantidades para aquellos que desean hacer esa donación y tener un Tori de su familia allí. El precio depende del tamaño del Tori, y el lugar de colocación, y a cambio lleva grabado lo que el donante quiera. Durante el recorrido que transcurre por la montaña hay bastantes mosquitos y los mapas que indican donde te encuentras inducen al error, ya que para llegar al primer punto importante, que es una especie de mirador, parece que no hayas recorrido casi nada y mucha gente se da la vuelta. Podemos prometer que el camino que queda hasta la cima no es tanto y que es muy bonito hacer todo el camino. Creemos que a un buen ritmo en 3 o 4 horas puedes subir y bajar todo el camino.
El contraste del verde de los arboles con el negro naranja de los Toris hipnotiza a cualquiera. Después de hacer todo el camino acabamos reventados, ya que además una vez más nos habíamos alimentado de supermercado. En esta ocasión recurrimos al seven eleven y nos comimos unas rice balls de algas y de huevo y ajo, y de postre como no, un helado.
Tenemos pendiente (y una vez ya en casa, lo seguimos teniendo pendiente) ir a alguno de esos restaurantes en los que tú mismo te haces la carne al fuego, como si fuera una mini barbacoa que te ponen en la mesa, les llaman "Yakiniku".
Esa noche cenamos con una compañera de trabajo de Joana que estaba con su marido en Japón y coincidíamos en Kyoto.
01/08/2016 - Arashiyama: Bosque de bambu y Kinkakuji Temple
A partir de este día y durante 2 o 3 dias Joana se los paso con problemas gástricos, y aunque no le dejaron disfrutar del todo, tampoco fueron excesivos.Para llegar al bosque de bambú cogimos el autobús (lo cual está muy bien porque se está fresquito), una vez nos bajamos en la parada, ya vimos el puente que cruzaba el rio y la montaña verde al fondo. Dimos una vuelta primero por esa parte del puente antes de ir al bosque de bambú, ya que es una zona muy chula, pero hace demasiado calor.
De camino al bosque de bambú hay muchas tiendas de souvenirs, así que entrando en algunas de ellas conseguimos refrescarnos y que la ruta resulte llevadera. Una vez en el bosque de bambú hay varios templos que finalmente no visitamos, ya que no nos llamaban la atención y se debía pagar en cada uno de ellos. Lo que hicimos es pasear por los diferentes caminos y que realmente son los caminos por donde cruzas el bosque, y en una de estas tuvimos muchísima suerte y nos topamos de repente con una maiko a la que estaban haciendo un reportaje fotográfico. Realmente eran como dos sesiones fotográficas, la del profesional y la de muchísimos guiris (incluidos nosotros) que le hacíamos miles de fotos.
Como tampoco queríamos pasarnos allí el día entero, le hicimos las fotos que considerábamos necesarias y nos pusimos rumbo al autobús para nuestra próxima parada en el templo Kinkakuji o templo de oro.
Kinkaku-ji (金閣寺? lit. Templo del Pabellón de Oro) es el nombre informal del Rokuon-ji (鹿苑寺, Templo del jardín de los ciervos) en Kioto, Japón. Fue construido originalmente en 1397 como villa de descanso del shōgun Ashikaga Yoshimitsu, así como parte de su propiedad llamada Kitayama. Su hijo transformó el edificio en un templo Zen de la secta Rinzai. El templo se quemó varias veces durante la guerra Ōnin.
Forma parte del conjunto de Monumentos históricos de la antigua Kioto (ciudades de Kioto, Uji y Otsu) declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1994.
El Pabellón Dorado, o Kinkaku, es un edificio de tres plantas ubicado en los terrenos del templo. Las dos plantas superiores del pabellón están recubiertas con hojas de oro puro (También conocido como Pan de oro). El primer piso, llamado la Cámara de las Aguas, (Shinden-zukuri), en estilo palacio imperial, evoca la clásica decoración japonesa modulada. Es básicamente una gran habitación rodeada por una baranda. El segundo, llamada la Torre de las Ondas de Viento (Buke-zukuri), es de estilo samurái, un recinto cerrado y con una baranda alrededor que alberga al Bodhisattva Kannon. El tercero, con ventanas, es de estilo templo Zen, y es llamado Kukkyoo-choo, y que alberga una tríada de Budas y 25 figurillas Bodhisattvas.
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Al templo en si no se puede acceder, pero solo pasear por los jardines de alrededor y verlo al lado del lago, ya merece la pena. Allí nos topamos con una madre y su hija que nos hicieron algunas preguntas en inglés de que era lo que nos había gustado mas, porque estábamos en japón, etc.. Y la verdad que fue muy interesante descubrir que la encuesta era para que la niña aprendiera inglés y que eran sus vacaciones y las aprovechaban para eso (otra cultura).
Después de un nuevo día ajetreado, sólo nos quedaba cenar algo y al hotel a dormir hasta el siguiente y último día en Kioto.
02/08/2016 - Nishiki Market y camino a Tokio (un poquito de Akihabara al llegar)
Último día en Kyoto y antes de coger el tren, aprovechamos para ir al Nishiki Market.
Dimos una vuelta y corriendo al hotel a coger las maletas y hacía el tren bala dirección Tokyo.
Tren muy cómodo + cansancio = dormidos casi todo el trayecto (que gozada).
Una vez en Tokyo, dejamos las cosas en el hotel y aún nos dio tiempo a visitar Akihabara (la zona friki/tecnológica por excelencia) y ver que nos podría ofrecer, ya que volveríamos como 2 o 3 veces más en los diferentes días que estuvimos en Tokyo. Es el paraíso del manga, el anime, tecnología, salones de juegos, etc...
Os contamos más de Tokyo en próximas entradas.
