El año pasado ya estuvimos en Lanzarote y este año queríamos repetir y si podía ser con Héctor para que viera Lanzarote, pues mejor.
Al final pudo hacerse el viaje y para allí que nos fuimos. El único "inconveniente" sería que al bucear tendríamos que hacerlo Eva y yo por separado, aunque finalmente no estuvo tan mal y además pudimos hacer alguna inmersión los dos juntos.
Pues siendo esa la idea, llegamos el primer día y pasamos por Timanfaya Sub para dejar los equipos y acordar los días de buceo, así como el bautizo que haría Héctor. Después de eso fuimos al apartotel ha dejar las maletas y para hacer la compra de casi toda la semana, ya que intentaríamos desayunar, comer y cenar en el apartotel todas las veces que pudiéramos.
Esta vez también alquilamos coche, pero no resultó tan barato como el año anterior, las fechas no eran las mismas, aunque si que era necesario el coche para movernos y ver los diferentes sitios.
Las inmersiones que hicimos durante los días de vacaciones fueron las siguientes:
- Día 1: Coral Naranja
- Día 2: El veril de "Jorge"
- Día 3: Waikiki y Barcos hundidos. En esta inmersión Héctor vino en la barca y se quedó con Jorge mientras buceábamos Eva y yo juntos.
- Día 4: Balcón de los atunes
- Día 5: El veril de "Jorge" y La Catedral. Aquí hicimos la primera inmersión juntos y antes de hacer la segunda acompañamos a Héctor a su segundo bautizo y después hicimos la inmersión Eva y yo juntos y solos.
- Día 6: Angelote's Reef
Y fuera del agua disfrutamos de los siguientes lugares:
- Salinas de Janubio: Parda rápida para ver las salinas desde la colina.
- Los charcones: Unas piscinas naturales, que aunque es un poco complicado de llegar, merece la pena ir y pegarse un chapuzón en ellas. Da igual si el mar está movido porque en estas piscinas el agua está tranquila, es más si el mar está bravo es mucho mas chulo el sitio. Recomendamos andar un rato y buscar las que sean más grandes y sobre todo si no se encuentran preguntar o seguir a los que vayan con chanclas (lo más seguro que sean autóctonos y sepan cuales son las mejores jejeje).
- Cueva de los verdes: Cueva que forma parte de un tubo volcánico y que es uno de los básicos si vas a Lanzarote. Nosotros ya habíamos ido, pero repetimos para que Héctor la viera y sobre todo "disfrutara" de su "secreto". Y vaya si lo hizo, ya que lo vivió en primera persona.
- Timanfaya: Icono de Lanzarote, todo este volcán y la zona volcánica que lo rodea es por excelencia una de las zonas más impresionantes de la isla. Te transporta directamente a un paisaje lunar.
- Cata de vinos la Geria: Por recomendación fuimos a hacer esta cata de vinos en la Geria y nos lo pasamos muy bien. Buena explicación y con la duración adecuada, te enseñan además la zona de viñas y buena cata de vinos. Recomendables 100%. Web: https://www.lageria.com/
- Charco verde: No es que sea una visita muy extensa, pero si no lo has visto merece la pena verlo.
- Los hervideros: Otra parada de camino o de vuelta del charco verde y que si puedes aprovechar para ver la puesta de sol merece la pena. Además si el mar está bravo es mucho más chulo. Aquí se ve la fuerza del océano.
- Comer en el Teleclub: Hubo un par de días que decidimos comer/cenar en un Teleclub. Un sitio antiguo de reunión de los habitantes de la isla cuando no había televisor en las casas. Ahora se han convertido en restaurantes de comida típica con un precio muy razonable.
- Playas del Papagayo: Zona de playas protegida y que te obligan a pagar una entrada, pero que merece la pena (si vas a partir de las 17:00 no se paga jejeje). Estuvimos un par de días en la playa del Papagayo y en la caleta del congrio. Recomendable 100%. Playas bastante distintas de las que puedes encontrar en zonas más urbanas de la isla, ya que estas son bastante "salvajes".
Pues así terminan nuestros días en Lanzarote y volvemos a la península. Esperamos ver a nuestros amigos de Timanfaya Sub en la feria de buceo, o sino otro año cuando volvamos a visitarles.
PD: Como nos quedaba algún día aún de vacaciones, nos acercamos auna piscifactoria en Tarragona para pescar unas truchas.
