Mec Mec Mec, despertador sonando a la 05:30. Nos ponemos en pie, nos vestimos y cogemos coche dirección La Pavona. En una hora llegamos y dejamos el coche en el parking (10$ por día). Como llegamos con tiempo compramos los billetes y nos sentamos en una mesa a esperar que salga el bote. Una vez allí se nos acerca un guía oficial y nos explica como haremos el trayecto, que durará casi tres horas ya que esta época del año el río está muy bajo y el bote ha de ir muy despacio, los posibles tours que podemos hacer en tortuguero y la persona de contacto del hotel que estará allí cuando lleguemos.
Sobre los tours, nos comenta que no es época de desove de tortugas pero que nunca se sabe (muy difícil y al final no vimos ninguna), y acabamos contratando el tour nocturno para ese mismo día y el tour en canoa a remos para el día siguiente a primera hora.

La verdad que es un pueblo muy cuco y muy pequeño, pero con mucho colorido y unas papeleras con formas animales muy graciosas.

Durante el tour nocturno, que en un principio parecía que no íbamos a ver nada y ya hacíamos coña con que sacarían los muñecos de plástico y nos los podrían para las fotos, finalmente vimos bastante cosa:
rana arbórea, hormigas, basiliscos, perezoso, sapo, grillo gigantes, murciélagos, serpiente arbórea, arañas, etc...
Un día bastante aprovechado. Después del tour a dormir, ya que al día siguiente tocaba madrugar de nuevo.
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