Después de levantarnos bastante pronto en el hotel FM7 de Jakarta, nos
trasladamos al aeropuerto para coger el avión dirección Borneo. El viaje fue
bastante rápido y una vez llegamos ya nos estaba esperando nuestro enlace para
llevarnos con su coche hasta el klotok (tipo de barco en Borneo que utilizan
para hacer este tipo de excursiones por el rio que atraviesa la selva).
Una vez llegamos conocimos a nuestro guía y la tripulación del barco que
nos acompañaría durante los siguientes tres días. Rudy el guía venia acompañado
del capitán, su ayudante y la cocinera.
Mientras cargaban todas las cosas necesarias para el viaje estuvimos
comiendo la primera de tantas comidas que degustaríamos durante el viaje. No
nos dimos cuenta y ya estábamos atravesando el rio por su parte mas ancha hasta
dar con uno de sus afluentes y empezar a internarnos en la selva.
Nos dirigíamos dirección a la primera parada, que era una de las múltiples
plataformas que han montado en mitad de la selva para dar de comer a los
orangutanes. El parque de Tanjung Puting es una de las zonas protegidas de
Borneo donde se pueden ver a los orangutanes en su hábitat natural. En la zona
protegida hay una gran concentración de orangutanes y otras especies. Han
montado estos “comederos” ya que ha crecido tanto la población que no hay
suficiente comida para todos en la selva. Además, es un gran atractivo para los
turistas que al hacer este tipo de excursiones contribuyen al mantenimiento del
parque.
Durante el camino íbamos observando los arboles por si veíamos ya alguna
especie endémica del lugar (especie endémica significa que sólo habita en esa
parte del globo terráqueo), y así fue porque cuando llevábamos como una hora de
camino vimos los primeros monos narigudos de nuestra visita y aunque los vimos
a lo lejos y al final del día los veríamos mucho mas cerca, nos hizo mucha
ilusión porque eso demostraba donde estábamos, a miles de kilómetros de casa, en
mitad de la selva de Borneo, en un entorno salvaje y donde nosotros éramos los
extraños.
Una vez llegamos a nuestra primera parada ya había algunos Klotoks parados.
Dejamos el nuestro amarrado junto a otro, y pasamos al embarcadero para
seguidamente adentrarnos por un camino de la selva hasta llegar a la plataforma
donde les dejan la comida.
La imagen que contemplamos al llegar fue increíble, dos orangutanes comiendo tranquilamente los plátanos que les habían dejado y mientras estábamos viendo el espectáculo iban yendo y viniendo diferentes orangutanes, algunos con sus crías a cuestas para comer los plátanos que les dejaban los rangers.
Una vez nos habíamos ido todos a dormir y estábamos en silencio, se podían escuchar
los verdaderos sonidos de la selva, llena de grillos, monos, cocodrilos y
diversidad de fauna haciendo ruido.
¡Hasta la mañana siguiente!!!!!!!!