sábado, 22 de marzo de 2014

Islandia Día 4

30 diciembre 2013

Nos levantamos sin ningún sobresalto y con todos los organos intactos...;-), solo un par de veces nos despertamos ya que saltó la alarma del coche por las fuertes rachas de viento. Una vez levantados, habiendo desayunado y consultado las carreteras, ya vimos que nuestro viaje no podía continuar más allá de la ciudad de Vik que quedaba un poco más adelante del improvisado hostal.

El tiempo era inestable, quedaban muchos kilómetros hasta el destino marcado inicialmente y las carreteras pintaban muy mal, con lo que nos quedaríamos sin ver la lengua Glacial de Svinafellsjokull, la Laguna Glacial de Jokulsarlon y la playa de los glaciares, bueno, ya teníamos excusa para volver a Islandia.

Nos despedimos de nuestros anfitriones y demás ocupantes del hostal y nos pusimos camino a Vik a la velocidad que nos permitia la via. Una vez habiamos llegado a Vik el tiempo volvió a empeorar y después de permanecer dentro del coche un rato y seguidamente un rato más en una tienda de souvenirs, nos desplazamos hasta la playa de arena negra que baña las costas del sur de Islandia. Vik es un pueblo de tan solo 300 habitantes y junto al pueblo se divisan varios acantilados y la playa nombrada anteriormente, que hace años fue declarada como una de las playas negras más bonitas del mundo.


Junto a los acantilados se pueden ver tres rocas de basalto (Reynisdrangur) que tienen una historia mitológica. La leyenda cuenta que los trolls Skeussudrangar, Landdrangar y Langhamrar estaban intentando llevarse un barco, pero tardaron mucho y se quedaron petrificados al salir la luz del sol. Son los denominados tres trolls.

Estuvimos haciendo unas cuantas fotos, después subimos a la iglesia del pueblo desde donde se veía una panorámica muy chula y pusimos rumbo de vuelta, ya que nuestro próximo hostal estaba en dirección Reykjavik, emprendíamos el viaje de regreso. Nada más salir de Vik existe un desvío para subir a lo alto de uno de los acantilados donde se puede ver el faro de Dyrhólaey. Desde el faro hay una panorámica muy espectacular, desde aquí se divisan kilómetros de arena negra e incluso el volcán Katla en días despejados, así como el Arco de Dyrhólaey. Este promontorio mide 120 metros de altura y tiene la forma de un arco (su nombre significa literalmente puerta-agujero). 


Antes de llegar al hostal, paramos en la cascada de Skógafoss, otra de las muchas cascadas de Islandia. esta en particular tiene unas escaleras que suben hasta lo alto de la cascada y hay un mirador muy chulo.





De vuelta al hostal, nos acomodamos, nos preparamos una gran cena en el comedor compartido pero que solo utilizábamos nosotros y antes de irnos a dormir salimos en busca otra vez de la Aurora Boreal. Y otra vez volvimos sin haberla visto....parecía que iba a ser mas complicado de lo que pensábamos, y los días se acababan.



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